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1.-
Ácido hialurónico, el perfecto
antiarrugas
2.- ¿Cómo
funciona el aloe contra la caída del cabello?
3.- Aloe vera, un aliado
contra la oxidación
4.- Aloe vera, un milagro
para la piel
5.- Aloe vera, un remedio
eficaz contra el acné
6.- ¿Cómo
tratar la psoriasis?: con Aloe vera
7.- Aloe vera, un remedio
eficaz contra las quemaduras
8.- ¿Cómo
combatir la rosácea con aloe vera?
9.- Cosméticos
artesanales con aloe vera
10.- El caviar en la
cosmética
11.- El papel de los
micronutrientes en la nutrición ortomolecular
12.- Rosa mosqueta,
un aliado para la piel
13.- Tratamiento de
las hemorroides con aloe vera
14.- Nutrición
celular, la mejor prevención contra el cáncer
15.- Vitamina C, la
reina de las vitaminas
16.- Coenzima Q-10 ¿Qué
es? y ¿Para qué sirve?
17.- La dieta ideal: Come sano sin dejar de
comer..., y sin ganar peso
18.- Ácido y alcalino: tratamiento
holístico de las enfermedades según el Dr.
Alberto Bosch
1.- Ácido hialurónico, el
perfecto antiarrugas
El ácido hialurónico es un compuesto que
cumple con multitud de propiedades beneficiosas para la
piel. Es hidratante, estimula y revitaliza el ciclo de producción
celular y restituye de forma natural el colágeno que perdemos
con la edad. Se trata de un producto puro y estéril, afín
a la piel y que por lo tanto no produce ningún rechazo,
pues sus moléculas están compuestas por azúcares y es totalmente
biocompatible.
Todas
estas características le convierten en el perfecto antiedad,
pues rellena y suaviza de forma natural las arrugas, no
tira y devuelve a la piel luminosidad, tersura y suavidad.
Es recomendable usarlo a partir de los 30 años, pues a partir
de esta edad la producción de colágeno natural empieza a
mermar. Como hemos dicho el ácido hialurónico sustituye
el perdido y activa la producción de nuevo colágeno. Se
asimila lentamente, según necesidad, por lo que sus efectos
pueden tardar en notarse de 15 a 20 días. Al ser un compuesto
ortomolecular se elimina de forma natural, con lo que sus
efectos son temporales y hay que usarlo de forma periódica
para obtener sus beneficios. No obstante, a pesar de que
es gradualmente absorbido por el organismo no produce flacidez
ni el típico “efecto derrumbe” de otros tratamientos antiedad.
Sus
efectos son especialmente apreciables alrededor de los ojos,
en los labios y en la frente, llenando los espacios que
la falta de colágeno deja, lo que produce las arrugas. Actúa
también como una especie de esponja molecular, atrapando
el agua y manteniendo hidratada la zona en que se aplica.
En
el experimento de de la Universidad de Michigan se inyectó
ácido hialurónico a varias voluntarias y un placebo a otro
grupo, en varios puntos de uno de los antebrazos.
Colágeno.
El ácido hialurónico no sólo ocupa el lugar de esta proteína
cuando se ha perdido, sino que además estimula su producción.
Un
equipo de investigadores de la Universidad de Michigan seleccionó
un grupo de voluntarias sanas con una media de edad de 74
años y una piel aceptable, y les inyectaron ácido hialurónico
en varios puntos de uno de los antebrazos. En el otro, las
participantes recibieron únicamente suero salino como placebo.
Transcurridas unas cuatro semanas realizaron una biopsia
que repitieron a los dos meses y medio para evaluar el estado
de la piel de las mujeres. El ácido hialurónico había ocupado
el hueco que había dejado el colágeno perdido, como venía
siendo de esperar, pero además estimuló la producción de
esta proteína cutánea mediante el esponjamiento de los fibroblastos.
Este doble efecto explica por qué los efectos del ácido
hialurónico son acumulativos y se notan más pasado entres
seis meses y un año.
2.- ¿Cómo funciona el aloe contra la caída
del cabello?
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¿Cómo se produce el cabello?
El cabello tiene una fase de duración de aproximadamente
3 años, seguida de otra fase de regresión en la que el folículo
se reduce y se deteriora y finalmente, en una última fase,
cae y vuelve a nacer, cerrando así el ciclo. En ocasiones,
el ciclo se ve alterado por diversas circunstancias que
pueden conducir a una caída anormal del cabello y una mala
o escasa producción de pelo nuevo, y en consecuencia a algunos
tipos de alopecias no congénitas o evitables.
¿Qué
factores producen su caída?
Una
de las causas más comunes que producen esta alteración es
la oclusión de los poros, comúnmente debida a tapones sebáceos.
Esta disfunción se ve coadyuvada por la acción de agentes
externos tales como el sol, la sal, el cloro y algunos productos
cosméticos con Ph agresivos o inadecuados para nuestra piel.
Dichos agentes agresivos debilitan sa capa córnea y pueden
llegar a causar lesiones celulares que conducen a la deshidratación
y posterior caída del cabello. Al mismo tiempo una escasa
hidratación o unos malos hábitos alimenticios acumulan toxinas
que pueden el ciclo de producción normal de nuestro cabello.
La deshidratación capilar puede ser provocada por factores
climáticos, manipulaciones no adecuadas, estrés, tensión,
nerviosismo, ansiedad y angustia. Todos estos factores provocan
una mala vascularización. Otro factor de cierta importancia
es la caspa, que no es más que una gran acumulación de células
muertas en la capa córnea (grasa tóxica y seca). La caspa
es pues motivo de caída del cabello por un efecto de intoxicación
o deshidratación.
¿Como
podemos evitar la caída del cabello con aloe vera?
Resulta
especialmente útil consumir el jugo de aloe vera, pues como
agente depurador disolverá las tóxinas de nuestro organismo
y producierá un efecto homeostático general que beneficiará
no sólo a nuestro pelo, sino que favorecerá un estado de
salud óptimo. El aloe vera tiene un Ph muy similar al de
la piel, así que es un producto ideal para estimular el
correcto funcionamiento de los folículos pilosos y evitar
el exceso de grasa o caspa, aportanto hidratación y elasticidad.
Como coadyuvante al jugo son ideales un champú rico en aloe,
y un gel puro, así como la loción anticaída, que fortalecerá
el cabello manteniendo su suavidad y brillo naturales. Con
un poco de constancia y combinando los tres productos se
pueden frenar las alopecias no congénitas y recuperar un
pelo sano y fuerte.
3.- Aloe vera, un aliado contra la oxidación
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Nos
oxidamos
El
envejecimiento natural de nuestro organismo no es otra cosa
que un lento y gradual proceso de oxidación. El oxígeno,
indispensable para la vida, es también el elemento que desencadena
el mecanismo por el cual nos oxidamos. En nuestro cuerpo
se producen entre 3500 y 5000 reacciones químicas por minuto,
la creación de energía, la sintetización de proteinas o
la conversión de azúcares y otras sustancias en alimento
para las células producen una serie de desechos que se traducen
en radicales libres, elementos oxidativos que provocan el
envejecimiento. Nuestro organismo está preparado para contrarrestar
el efecto de los radicales libres y evitar un envejecimiento
prematuro, nuestro hígado produce enzimas que neutralizan
los radicales libres y la ingestión de vitaminas A, E y
C, así como otros compuestos (selenio, oxido de germanio,
cinz) son potentes antioxidantes que aseguran la homeostasis
orgánica (preservación del estado de salud).
Estrés
oxidativo
Los
radicales libres son acumulativos, cuando la homeostasis
orgánica se ve alterada por la carencia de antioxidantes
o por procesos oxidativos añadidos, tales como la ingesta
de alimentos inapropiados (con exceso de grasas saturadas,
harinas refinadas o añadidos sintéticos...), la exposición
prolongada y sin protección al sol, la contaminación ambiental,
el tabaco y otras sustancias nocivas para la salud. Todos
estos factores producen un estés oxidativo que puede desencadenar
enfermedades como el cáncer, la fibromialgia, fatica crónica,
diabetes, artrosis y otras patologías que tienen que ver
con un déficit de antioxidantes.
Los
antioxidantes
Los
antioxidantes son un grupo de compuestos cuyo cometido es
bloquear el efecto nocivo de los radicales libres. Ya hemos
citado anteriormente los antioxidantes más potentes:
-
Vitaminas
Vitamina
C: En frutas y verduras frescas y crudas, como kiwi, piña,
naranjas, melón, fresas, bayas, arándanos, tomate, coles...
Vitamina
E (tocoferol): germen de trigo, aceite de soja, germen de
cereales o cereales de grano entero, aceite de oliva, vegetales
de hoja verde y frutos secos.
"Provitamina A" o Betacaroteno: El organismo lo transforma
en vitamina A. Recientemente se ha demostrado su papel en
la prevención de las cataratas y su efecto beneficioso en
procesos inflamatorios y en los relacionados con el envejecimiento.
Alimentos ricos en betacaroteno: verduras de color verde
o coloración rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, espinacas,
calabaza, etc.), y cierta frutas (albaricoques, cerezas,
melón y melocotón). - Minerales
Selenio:
Relacionado con un menor riesgo de tumores de piel, hígado,
colon y mama. En carnes, pescados, marisco, cereales, huevos,
frutas y verduras.
Zinc:
Favorece la formación de nuevas proteínas (renovación celular),
participa en la lucha contra los radicales libres y en la
síntesis de enzimas, interviene en el sistema inmune o de
defensas y favorece el buen estado de piel y mucosas (tonicidad
y elasticidad de la piel). Carnes, vísceras, pescados, los
huevos, los cereales completos y las legumbres.
Cobre:
Potencia el sistema inmune, participa en la formación de
enzimas, proteínas y neuro-transmisores cerebrales (renovación
celular y estimulante del sistema nervioso) y es un agente
antiinflamatorio y antiinfeccioso. Y facilita la síntesis
de colágeno y elastina (necesarios para el buen estado de
los vasos sanguíneos, del cartílago, de los pulmones y de
la piel), actúa como antioxidante protegiendo las células
de los efectos tóxicos de los radicales libres y facilita
la fijación del calcio y del fósforo. Alimentos ricos en
cobre: hígado, pescado, marisco, cereales completos y vegetales
verdes.
-
Aminoácidos (los componentes más simples de las proteínas):
Cisteína:
aminoácido no esencial, nuestro cuerpo puede fabricarlo
sin problemas. Es importante para la producción de enzimas
contra los radicales libres. El hígado y nuestras defensas
lo utilizan para desintoxicar el cuerpo de sustancias químicas
y otros elementos nocivos. La cisteína, que se encuentra
en carnes, pescados, huevos y lácteos, es un detoxificante
potente contra los agentes que deprimen el sistema inmune,
como el alcohol, el tabaco y la polución ambiental.
-
Colorantes naturales u otros compuestos de vegetales:
Flavonoides:
Comprenden a los flavonoles, los antocianidoles y a las
flavonas, colorantes naturales con acción antioxidante que
constituyen el grupo más importante de la familia de los
polifenoles, muy presentes en el mundo vegetal. Protegen
el sistema cardiovascular y activan las enzimas glutation
peroxidasa y catalasa, antioxidantes presentes de forma
natural en nuestro organismo. Están en la familia de las
coles, las verduras de hoja verde, las frutas rojas y moradas
y los cítricos. Según la American Cancer Society, reducen
el riesgo de cáncer colo-rectal.
Isoflavonas: En la soja y algunos de sus derivados como
el tofu.
El
aloe vera como antioxidante
El
aloe vera posee más de 200 principios activos beneficiosos
para la salud, ello se debe a su singular composición química,
pues es rico entre otras sustancias en vitaminas A, C y
E, aminoácidos, enzimas, minerales (entre los que se encuentra
el cobre, el zinc y el selenio), oligoelementos, mono y
polisacáricos, antraquinonas, ligninas, saponinas... es
un cóctel nutracéutico que gracias a la acción sinérgica
de todos sus componentes posee propiedades antiinflamatorias,
antiulcerosas, hipoglucemiantes, antitumorales y especialmente
antioxidantes. Es un producto ideal para prevenir numerosas
enfermedades evitables asociadas a la acción de los radicales
libres, más frecuentes en personas de avanzada edad, sobre
todo las asociadas con la degereración macular, enfermedades
renales o hepáticas, hipertrofias de próstata, envejecimiento
prematuro, diabetes, artrosis, etc.
4.- Aloe vera, un milagro para la piel
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Conoce
y cuida tu piel
Antes
de aplicar cualquier tratamiento a nuestra piel debemos
saber qué tipo de cutis tenemos y cómo podemos cuidarlo.
Aunque
existen matices, se puede decir de forma genérica que existen
tres tipos de pieles: grasa, seca y normal o mixta. Algunos
especialistas añaden un cuarto tipo, que es la piel sensible,
pero este tipo de piel se puede dar en cualquiera de los
tres casos anteriores y más que una categoría aparte es
una característica asociada a la misma.
¿Cómo
puedo saber el tipo de piel que tengo?
En
primer lugar tienes que saber que el concepto que se aplica
para clasificar el tipo de piel es la grasa que ésta genera.
Sabiendo esto resulta mucho más sencillo aclarar el tipo
de piel tenemos, qué problemas es más propensa a padecer
y cómo se deben tratar.
Cutis
graso
Para
distinguir un cutis graso debemos observar varias señales
frente al espejo: suelen destacar los brillos, son pieles
de poros dilatados y brillantes en exceso, comúnmente rechazan
el maquillaje, que suele correrse debido a la acción de
la grasa, ya que ésta forma una película donde los productos
cosméticos se fijan con mayor dificultad.
¿Cómo
cuidar un cutis graso?
Son
pieles con una mayor tendencia acnéica en las que con frecuencia
se desarrollan puntos negros, conviene tratarlas con un
producto astringente, como el gel de aloe, que las protege
y las nutre al mismo tiempo que reduce el exceso de grasa.
No hay que dejar de hidratarlas para mantenerlas jóvenes
y tersas, para ello es necesario usar una crema hidratante
o hidronutritiva libre de grasa.
Cutis
seco
Es
justo el caso contrario del cutis graso, en este tipo de
piel las glándulas sebáceas no producen suficiente sebo
y la carencia de grasa da como resultado una piel áspera
y mate en la que los poros están casi cerrados. Tiende a
resecarse con el simple efecto del aire y en algunos casos
llega a cuartearse.
¿Cómo
cuidar un cutis seco?
Este tipo de pieles requiere más cuidados que el cutis graso
o normal, pues tiende a envejecer prematuramente. Debemos
aplicar diariamente una crema nutritiva rica en aceites
vegetales (almendras, aguacate, oliva…) y vitaminas, en
especial vitaminas E y A (Retinol), que combaten los efectos
de los radicales libres y el envejecimiento prematuro. Tampoco
podemos descuidar la hidratación, para mantener la piel
hidratada es preciso aplicar una crema humectante, preferiblemente
después de la ducha y con la piel aún mojada. Complementando
todo esto una precaución: evitar la exposición prolongada
al sol.
Cutis
normal o mixto.
Seguro
que has oído hablar de la famosa T. La piel normal o mixta
se caracteriza por un exceso de grasa en la T (frente, nariz
y mentón) y sequedad en pómulos y mejillas. Es el tipo de
piel que más fácil de cuidar, pues tanto la zona grasa como
la seca son menos extremas.
¿Cómo
cuidar un cutis mixto?
En
primer lugar (esto vale para todos los tipos de pieles)
procurar no castigarla demasiado exponiéndola de forma prolongada
al sol o situaciones de contaminación, exceso de humos,
etc. Normalmente una buena limpieza y una hidratante suelen
ser suficiente, en la T un gel de aloe va bien para rebajar
la grasa, y en pómulos y mejillas una hidronutritiva.
Piel
sensible
Como
dijimos al principio cualquier tipo de piel (grasa, seca
o normal), además puede ser sensible. Estas pieles reaccionan
con manchas, sarpullidos, dermatitis o rojeces ante cambios
emocionales, de temperatura, situaciones de estrés, etc.
Suelen ser brotes pasajeros que desaparecen enseguida, a
veces también asociados a algún tipo de crema, pues son
pieles proclives a las alergias.
¿Cómo
tratar una piel sensible?
Para
empezar procura utilizar productos hipoalergénicos, haz
siempre la prueba del algodón: moja un algodón con una pequeña
cantidad del producto que vayas a aplicarte, frota en la
muñeca y observa si tu piel reacciona con algún tipo de
brote, si no es así puedes aplicarte el producto, que ha
de ajustarse a los cánones del tipo de piel que tengas y
que hemos explicado en los puntos anteriores.
ALGUNOS
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA CUIDAR LA PIEL CON ALOE VERA
A
veces no basta con aplicar el producto adecuado, además
hay que hacerlo de la forma correcta. Siempre que emplees
una crema para la cara recuerda que es importante tener
el cutis bien limpio, eso lo conseguirás lavándote con un
jabón neutro antes de la aplicación; para que el resultado
sea óptimo te recomiendo que uses al menos una vez por semana
un gel exfoliante y que te apliques una mascarilla un par
de veces al mes, con eso conseguirás que tus poros estén
bien abiertos y listos para recibir y absorber con facilidad.
También es importante que masajees suavemente y en círculos
la zona donde te vas a aplicar la crema, además de los poros
abiertos es conveniente que los capilares se activen y reciban
el caudal de nutrientes. El último factor a tener en cuenta
antes de aplicar la crema es usar un producto que favorezca
la penetración del cosmético para su máximo aprovechamiento,
para ello nada mejor que el aloe, que además de aportarte
nutrientes mejorará enormemente la penetración de todos
los componentes de la crema que uses, eso se debe a su alto
contenido en lignina, un compuesto que acelera y favorece
la absorción. Además, el aloe podrás aplicarlo en todos
los tipos de pieles como te explico a continuación: Si tienes
la piel seca mezcla un gel de aloe con aceite de oliva,
aguacate o almendras dulces y tendrás una excelente nutritiva.
Si tienes la piel grasa usa el gel solo, es astringente
y reduce el exceso de grasa, quizá notes una cierta tirantez
al principio, si te molesta aplícate el gel después de la
ducha, con la cara aún húmeda, así conseguirás una perfecta
hidratación sin engrasar la cara. Si tienes la piel normal
o mixta puedes usar el gel de aloe sin mezclar, aplícalo
hasta su total absorción. También puedes usar el gel de
aloe con retinol para darle firmeza a la piel, masajea en
una sola dirección unos instantes y verás que el resultado
es visible, el aloe fomenta la producción de colágeno y
tiene un efecto exfoliante por lo que también combate las
manchas y las arrugas, es un auténtico multiusos.
Además de para cuidar tu piel, también puedes usar el aloe
para curarla. Utiliza el gel 95% pequeñas marcas de acné,
cicatrices, manchas de la cara, o cualquier otra imperfección
de la piel, también puedes usarlo como gomina después de
la ducha, fortalecerá tu pelo y lo mantendrá sano y bonito.
Se
constante, usa tus cosméticos en combinación con el aloe
y notarás los resultados.
5.- Aloe vera, un remedio eficaz contra
el acné
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Ante
todo ha de quedar claro que el acné no es contagioso. No
obstante es la afección de la piel más común y puede llegar
a afectar al 80% de la población. Viene producido por el
exceso de segregación de grasa por parte de las glándulas
sebáceas.
Se
da sobre todo en jóvenes de 11 a 30 años y existen multitud
de factores que lo provocan: factores hereditarios, mala
alimentación (sobre todo por la ingesta de alimentos grasos),
obstrucciones en el canal pilosebáceo, cambios hormonales
(espeialmentre prolíficos en el inicio de la adolescencia),
bacterias…
No
es fácil curar el acné, sin embargo, sin embargo, tratado
a tiempo y de una forma adecuada podemos combatir los brotes
y lograr que no deje marcas. Para ello es imprescindible
atajarlo desde su primeros brotes, seguir estos dos consejos
básicos nos ayudará a prevenirlo: 1) mantener una buena
higiene en la zonas más propensas a padecer acné (cara y
espalda), pues el acné suele extenderse debido a un contagio
bacteriano que va de unas marcas a otras si no mantenemos
la zona afectada bien limpia. Y 2) cuidar la alimentación
y limitar la ingesta de alimentos ricos en grasas (chocolate,
embutidos, lácteos, harinas refinadas…)
Sin
grasa no hay acné. El exceso en la producción de grasa de
nuestras glándulas suele acompañar la inmensa mayoría de
procesos acnéicos, desgraciadamente en la pubertad se activan
todas las hormonas, también las sebáceas encargadas de producir
la grasa. Este proceso tiene mayor incidencia en los varones,
pues está asociado a las hormonas masculinas (andróginas),
de ahí que el acné se cebe más en hombres que en mujeres.
El
síntoma más visible del acné son las temidas espinillas.
Se producen por la acumulación de células pegadas a la piel,
la glándula sebácea ve obstruida su salida natural al exterior
y dicha interrupción produce un pequeño coágulo al que denominas
espinilla. Esta alteración puede presentar dos formas: un
grano de cabeza blanca, cuando no va asociada a folículo
piloso, y otro de cabeza negra o espinilla abierta cuando
se asocia a un folículo piloso. Mal tratadas las espinillas
pueden enquistarse, derivar en pústulas o infectarse, debido
sobre todo al efecto de las bacterias, que como hemos dicho
proliferan sin control cuando la segregación de sebo aumenta.
¿Cómo
tratar el acné con aloe vera?
El
aloe, tiene propiedades bacterianas y astringentes (reguladoras
de la grasa) que lo hacen ideal para tratar el acné. No
obstante requiere un tratamiento eficaz y constante, pues
es una afección muy rebelde y a menudo rebrota después de
controlada.
Para
combatir el acné es fundamental atacar la dolencia desde
dos frentes: 1) de forma interna con jugo de aloe, cuyo
poder depurativo y regulador del organismo rebajará los
niveles de grasa segregados por las glándulas sebáceas,
y 2) desde fuera, por un lado procurando liberar la zona
afectada de impurezas y limpiándola en profundidad, para
lo que aplicaremos un jabón de aloe vera y un tónico antiacné,
y por otro lado aplicando un gel de aloe con una riqueza
del 95%, con ello conseguiremos secar el grano, gracias
a su cualidad astringente, y por otro evitar que la flora
bacteriana prolifere y contagie otras zonas cercanas.
6.-
¿Cómo tratar la psoriasis?: con Aloe vera
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ANTES
DE NADA… ¿QUÉ ES LA PSORIASIS?
La
psoriasis es una enfermedad inflamatoria cutánea común caracterizada
por episodios frecuentes de enrojecimiento, inflamación,
irritación de la piel, prurito (picor) y escamas. Puede
aparecer en forma repentina o gradual y afectar a las personas
en cualquier edad, aunque comúnmente comienza entre los
15 y 35 años. Se puede presentar con más frecuencia en el
tronco, codos, rodillas, cuero cabelludo, pliegues de la
piel o uñas de las manos, pero puede afectar cualquiera
o todas las partes de la piel. La psoriasis es una enfermedad
crónica y recidivante de evolución imprevisible: hay épocas
libres de enfermedad y otras en las que aparecen alteraciones
más o menos importantes. Afecta aproximadamente al 1,5%
de la población y, sin tratarse de una dolencia grave, se
caracteriza por su difícil tratamiento y porque no acaba
de obtener una respuesta definitiva por parte de la medicina
científica.
¿CÓMO
PUEDO RECONOCERLA?
A
menudo comienza como pequeñas placas escamosas. Al principio
el diagnóstico puede presentar alguna dificultad, porque
muchas otras enfermedades se manifiestan con placas y descamaciones
parecidas. A medida que la enfermedad avanza, la descamación
característica la hace muy reconocible. Normalmente la psoriasis
sólo produce descamación. Incluso el picor puede ser muy
leve, y cuando sanan las zonas cubiertas con escamas, la
piel vuelve a tomar su apariencia normal y el pelo vuelve
a crecer. Sin embargo existen otros tipos de psoriasis,
como la artrítica o la postulosa, más extensas y molestas
que pueden llegar a cubrir todo el cuerpo. Los síntomas
más evidentes de la psoriasis son:
-
Manchas en la piel secas y rojas, normalmente cubiertas
de escamas que se pueden agrietar y doler.
- Predominancia de los brotes en codos, rodillas, tronco,
cuero cabelludo, manos y uñas.
- Picor y prurito. A veces inflamación.
- Descamación de la piel (especialmente en los niños)
Para
un diagnóstico fiable siempre hay que acudir al médico de
cabecera o al dermatólogo.
¿CUALES
SON SUS PRINCIPALES CAUSAS?
Aún
no está claro que es exactamente lo que causa la psoriasis.
Parece ser un trastorno hereditario relacionado con el sistema
inmunológico, que accidentalmente ataca las células del
propio cuerpo. Algunos estudios relacionan la manifestación
de la enfermedad con la cantidad de toxinas acumuladas en
el cuerpo. Cuando un paciente desarrolla una vez la enfermedad
es probable que la vuelva a desarrollar de nuevo a lo largo
de su vida. No obstante el componente genético no es exclusivo,
a menudo un brote de psoriasis tiene un origen poligénico,
también se asocia al estrés y suele aparecer como reacción
a un exceso de toxinas en nuestro organismo. Asimismo, el
uso de algunos medicamentos, las infecciones virales o bacterianas,
la mala alimentación, la depresión, los niveles bajos de
defensas o la prolongada exposición al frío, también están
asociados con brotes de psoriasis.
¿CÓMO
SE PUEDE TRATAR?
La
psoriasis es una enfermedad crónica y es necesario aprender
a convivir con la ella. Los tratamientos contra la psoriasis
pueden eliminar las lesiones y ocasionar una gran mejoría,
pero no existe un tratamiento que produzca una cura definitiva.
Los casos leves se tratan con medicamentos tópicos como
antibióticos, corticoides, lubricantes, lociones... Sin
embargo todos estos medicamentos paliativos o preventivos
no siempre surten el efecto deseado, y en muchas ocasiones,
como en el caso de la cortisona, tiene múltiples contraindicaciones.
Cuando
una persona sólo presenta unas pocas placas, la psoriasis
responde bien al tratamiento. Se utilizan también emolientes
una o dos veces al día para lubricar la piel mantenerla
hidratada, así como ungüentos cremas que contienen ácido
salicílico, o la luz ultravioleta que en determinados casos
puede ayudar a eliminar la psoriasis.
¿QUÉ
APORTA EL TRATAMIENTO DE ALOE VERA?
La
ingestión del aloe vera bebido proporciona gran parte de
las vitaminas, minerales y nutrientes necesarios para la
buena alimentación y por tanto para la buena salud del organismo.
Además actúa en el sistema renal diluyendo las toxinas y
facilitando su eliminación. Es decir, ataca la enfermedad
desde su origen. Otro de los componentes del aloe vera que
se ha demostrado eficaz contra la psoriasis es ácido acetilsalicílico,
que administrado en forma de crema además potencia la penetración
del mismo, hidrata la piel y tiene un efecto emoliente.
En
los años noventa el Dr. Syed realizó en Arabia Saudita un
estudio doble ciego (se debe realizar una prueba similar
en otro grupo control para evitar ta acción de efectos llamados
placebo) que demostró claramente las cualidades del Aloe
Vera para controlar la psoriasis. El estudio duró 4 meses,
con un seguimiento posterior de 12 meses más, El resultado
fue que el 83,3% que se habían aplicado una crema de aloe
se curaron, mientras que el placebo curó sólo al 6,6%. Ese
y otros estudios han demostrado que el aloe vera actúa como
regenerador celular en toda la piel de nuestro cuerpo, y
que la aplicación de cremas ricas en aloe vera da resultados
que en la mayoría de los casos mitigan el brote de psoriasis,
(sobre todo en los momentos iniciales, cuando las escamas
son pocas), alivian los síntomas y, con la aplicación constante,
los eliminan.
ALGUNAS
CUESTIONES QUE CONVIENE SABER…
-
La psoriasis no es una enfermedad contagiosa.
- Las lesiones pueden empeorar en invierno, tras raspados,
infecciones, quemaduras solares y algunos medicamentos.
- Lo primero es mantener la hidratación de la piel y evitar
las quemaduras, utilizando cremas protectoras solares.
- La exposición a la luz solar ayuda a la mayoría de los
pacientes, pero deben exponerse con precaución, ya que la
exposición excesiva puede empeorarlos.
7.-
Aloe vera, un remedio eficaz contra las quemaduras
Ir arriba
Las
quemaduras solares producen una inflamación cutánea como
resultado de una excesiva exposición a la radiación solar.
Los rayos ultravioletas de la luz destruyen las células
de la capa exterior de la dermis, dañando los capilares
subyacente. Esta molesta afección se da con más frecuencia
en personas de piel clara, cuya epidermis se enrojece y
se cubre de ampollas. Si la quemadura es grave la piel afectada
cae tras algunos días. Debe recordarse que, si bien una
exposición gradual y moderada al sol es beneficiosa para
el organismo y facilita el proceso de calcificación de los
huesos previniendo la osteoporosis, una exposición excesiva
y continuada puede provocar envejecimiento cutáneo, la aparición
de antiestéticos queratomas y, en algunos casos, cáncer
de piel (melanoma). Se recomienda, obviamente, concentrarse
en la prevención del fenómeno (uso de cremas bronceadoras
con adecuados filtros solares) mientras que, para tratar
las quemaduras, se aconseja aplicar delicandamente jugo
o gel de aloe puro sobre la quemadura, teniendo la prudencia
de no exponerse nuevamente al sol en los días siguientes.
Las
quemaduras, dependiendo de la gravedad, pueden ser: 1) quemaduras
de primer grado, en las que la epidermis presenta un erojecimiento
que se cura rápidamente (es el caso de las quemaduras solares);
2) quemaduras de segundo grado, donde la piel se recubre
de ampollas; y 3) quemaduras de tercer grado, donde la piel
queda tan dañada que no hay más remedio que recurrir a un
transplante para recuperarla. El aloe es muy efectivo para
quemaduras de primer y segundo grado, de hecho gracias a
sus propiedades antibióticas y antibacterianas, previene
las infecciones, mientras que la isobarbaloína y los ácindos
cinámico y salicílico ejercen una eficaz acción analgésica.
Por último, el acemanano facilita la regeneración de los
tejidos dañados. Tras haberla limpiado y enfriado, se aconseja
untar la zona afectada con una mezcla de jugo o gel puro
de aloe y miel.
8.-
¿Cómo combatir la rosácea con aloe
vera?
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¿Qué
es la rosácea?
Es
una afección crónica de la piel que consiste en la inflamación
de las mejillas, la nariz, la barbilla, la frente o los
párpados, y que puede aparecer como enrojecimiento, vasos
sanguíneos prominentes similares a una araña, inflamación
o erupciones en la piel parecidas al acné.
Causas,
incidencia y factores de riesgo
Aunque
la causa de la rosácea se desconoce, una persona tiene
mayor probabilidad de sufrir este inofensivo trastorno
de la piel si:
-
Es de piel clara.
- Se sonroja con facilidad.
- Es mujer, aunque los hombres resultan afectados con
mayor intensidad.
- Está entre los 30 y los 50 años de edad. La rosácea
involucra el agrandamiento de los vasos sanguíneos justo
debajo de la piel y puede estar asociada con otros trastornos
cutáneos (acné vulgar, seborrea), o con trastornos oculares
(blefaritis, queratitis).
Síntomas
-
Enrojecimiento de la cara en áreas diferenciadas o en
toda la cara.
- Tendencia a sonrojarse o ruborizarse con facilidad
- Incremento de la vascularidad (vasos sanguíneos como
arañas llamados telangiectasia) de la cara
- Nariz bulbosa y enrojecida
- Erupciones cutáneas similares al acné (pueden exudar
o formar costras)
- Sensación urente o de picazón en la cara
- Ojos irritados, llorosos, inyectados en sangre.
Tratamiento
La
medicina científica cataloga la rosácea como una afección
que no tiene una cura conocida y para la que sólo existen
tratamientos paliativos. El objetivo del tratamiento es
identificar y evitar todos los posibles desencadenantes
y así reducir la exacerbación o reagudización de la afección.
A medida que la persona le hace el seguimiento a estos
síntomas, debe comenzar a observar un patrón al cabo de
varias semanas de aquello que empeora la rosácea. Esta
información se debe utilizar para evitar exacerbaciones
futuras. Estas medidas preventivas pueden ayudar:
- Evitar la exposición al sol y utilizar protector solar
todos los días
- Evitar el esfuerzo prolongado en clima cálido
- Procurar reducir el estrés y probar la respiración profunda,
el yoga u otras técnicas de relajación
- Limitar el consumo de comidas condimentadas, el alcohol
y las bebidas calientes.
Los
desencadenantes varían de persona a persona. Otros desencadenantes
pueden abarcar el viento, los baños calientes, el clima
frío, productos específicos para la piel, ejercicios u
otros factores. En casos graves, la cirugía láser puede
ayudar a reducir el enrojecimiento. La reducción quirúrgica
del agrandamiento del tejido nasal puede también mejorar
la apariencia estética del paciente, si éste así lo decide.
Expectativas
(pronóstico)
La rosácea no es peligrosa desde el punto de vista médico
y no es curable, pero usualmente se puede controlar con
tratamiento. Esta condición puede ser persistente y crónica.
Complicaciones
-
Cambios permanentes en la apariencia (por ejemplo, nariz
bulbosa)
- Daño sicológico, pérdida de la autoestima.
¿Cómo
puede ayudarme el aloe vera a combatir la rosácea?
El Aloe Vera es la planta por excelencia para el cuidado
de la piel, pues la hidrata, la suaviza, la limpia y la
regenera. Penetra las tres capas de la piel -la epidermis,
la dermis y la hipodermis- y expulsa las bacterias y los
depósitos de grasa que tapan los poros. El gel de Aloe
tiene una capacidad hidratante y penetrante cuatro veces
superior al agua, lo que multiplica su eficacia. Al penetrar,
la acción de sus nutrientes naturales, los minerales,
las vitaminas, los aminoácidos y las enzimas estimulan
la reproducción de nuevas células, pues es un portentoso
regenerador celular, cicatrizante, tonificador y de alta
penetración en la piel. El zumo de aloe vera ingerido
en ayunas y aplicado exteriormente ha dado muy buenos
resultados en casos de rosacea, acné, psoriasis y erupciones
eccematosas. El Aloe Vera tiene una acción similar a los
esteroides como la cortisona, pero sin los efectos nocivos
de ésta. También es un excelente filtro solar de los rayos
ultravioletas y elimina las manchas causadas por el sol
y previene las dolencias que este puede causar.
9.-
Cosméticos artesanales con aloe vera
Ir arriba
Puedes
fabricarte de forma sencilla tus propios cosméticos artesanales
con aloe vera, son sanos, naturales y no tienen contraindicaciones.
Pero antes de empezar conviene que hagas una prueba: impregna
un algodón en jugo o gel de aloe y frota suavemente una
pequeña zona de tu piel, espera unos instantes y si no
hay reacción (rojez, picor, irritación, granitos…) has
superado con éxito la prueba del algodón. El aloe vera
tiene un Ph similar al de la piel y los casos de alergia
o intolerancia no llegan al 1%, con esta sencilla prueba
saldrás de dudas.
CREMA
HIDRATANTE DE DÍA: Un pequeño truco para conseguir
una buena hidratación es que no te seques después de la
ducha. De este modo conservarás la humedad de la piel
aplicando una mezcla de aceite vegetal (los más efectivos
son el de aguacate y oliva), que la fija, y de aloe vera,
que consigue la máxima penetración. Deja actuar la mezcla
unos minutos y luego aclara la piel.
CREMA
NUTRITIVA DE NOCHE: Usa un aceite de buena calidad,
a ser posible de oliva, almendra dulce o aguacate. Mézclalo
con gel de aloe y obtendrás una crema más grasa que la
anterior, pero también más nutritiva. Si tienes la piel
muy seca te conviene utilizar el aceite de aguacate, que
combate más eficazmente los problemas de sequedad o irritación.
CREMA
REAFIRMANTE O ASTRINGENTE: Indicada especialmente
para pieles grasas; secan y afirman la piel después de
su lavado. Puedes fabricar un magnífico astringente a
partir de alcohol para friccionar o hamamelis (pídelo
en herbolarios y tiendas especializadas) y perfume. Mézclalo
con gel de aloe y multiplicarás su capacidad de penetración,
nutrirás la piel y quedará tersa y suave.
CREMA
ANTIARRUGAS Y EMOLIENTE: Tienen un efecto cosmético
y terapéutico. Por un lado suavizan y lubrican la piel,
y por otro reducen y alivian los tejidos inflamados. Para
prevenir la sequedad y las arrugas puedes utilizar un
delicioso antioxidante: aceite de oliva. Espárcelo bien
sobre la piel y frota hacia arriba, añade aloe vera en
crema o gel y vuelve a masajear, con esto logras una máxima
penetración del aceite y potencias su acción. Déjalo actuar
unos minutos y aclárate bien para eliminar la película
brillante que deja el aloe.
MASCARILLA:
Tritura algunas frutas o verduras del tiempo (fresas,
tomates, pepinos, manzanas, uvas, plátanos...) Mézclalas
con el gel de aloe y esparce la pasta resultante sobre
la piel, masajea con suavidad y déjala hasta que las frutas
vayan perdiendo humedad. Esta mascarilla inundará tu piel
de vitaminas, activará la circulación sanguínea y te dejará
un cutis luminoso.
Notarás
inmediatamente la efectividad de estos cosméticos naturales
gracias a que el aloe penetra en las tres capas de la
piel: epidermis, dermis e hipodermis; aportando un gran
caudal de nutrientes que la regeneran y la sanean, y expulsando
las bacterias y los depósitos de grasa que obstruyen los
poros. Por otro lado la acción de los nutrientes naturales,
los minerales, las vitaminas, los aminoácidos…, estimulan
la reproducción de nuevas células. Estos principios activos
se encuentran biológicamente equilibrados por la presencia
de sustancias complementarias (polisacáridos, antraquinonas,
saponinas...,) que van a potenciarse mutuamente sin acumularse
en el organismo.
10.-
El caviar en la cosmética
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Actualmente
la cosmética se nutre para elaborar muchos de sus productos
de belleza de productos marinos tales como plancton termal
(rico en lípidos, proteínas, oligoelementos y vitaminas),
algas, sales o barros , y el producto que nos ocupa: el
caviar.
Las
huevas del esturión, además de constituir un manjar exquisito,
se han revelado como un componente esencial, por sus excelentes
propiedades, para la elaboración de tratamientos de belleza
y cremas faciales o corporales.
Ya
desde la antigüedad, los iraníes, principales productores
mundiales de caviar, se bañaban, en agua tibia mezclada
con aceites aromáticos y aderezada con huevas de esturión.
En
Rusia, otro de los países exportadores más importantes,
algunas décadas atrás, se utiliza, como el aloe vera,
en la cicatrización de la piel tras ser sometida a una
operación.
El
descubrimiento del caviar para la cosmética se debe sobre
todo a su asombrosa capacidad para regenerar la piel,
el efecto es casi inmediato, actuando como si fuera un
lifting.
Las
huevas de esturión poseen un elevadísimo contenido en
nutrientes, vitaminas, minerales y proteínas, lo que le
convierte en un ingrediente ideal para la elaboración
de cosméticos destinados a combatir los signos de la edad.
En su composición química, las células del caviar se parecen
mucho a la de las células de las epidermis jóvenes, con
altas dosis de ácidos grasos esenciales, aminoácidos,
sales minerales, vitamina B, hierro y zinc . A pesar de
su coste, el descubrimiento de dichas cualidades para
la piel tiene asegurada una implantación del caviar en
la industria cosmética.
11.-
El papel de los micronutrientes en la nutrición
ortomolecular
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La
conocida frase de Hipócrates (médico griego del siglo
V a. de C. y padre de la medicina moderna): “Que tu alimento
sea tu medicina” podría considerarse como el lema fundacional
de la medicina ortomolecular. La ciencia ha avanzado mucho
desde los tiempos de Hipócrates, pero su máxima sigue
vigente: somos lo que comemos.
Es un hecho demostrado que las enfermedades se generan
a nivel celular. Una falta de energía en las célula, entidad
mínima con vida propia, altera el buen funcionamiento
del organismo y está en el origen de todas las patologías.
De ahí la importancia vital de que alimentemos correctamente
a nuestras células.
Existen
diferentes tipos de células, y todas cumplen una función
especializada e insustituible. La célula, a su vez, es
como una pequeña ciudad, dividida en distintas partes,
cada una de las cuales con un cometido esencial:
-
el núcleo ejerce el control y ordena las tareas, es el
cerebro de la célula.
- la membrana recubre y protege la célula.
- la mitocondrias producen energía.
- el aparato de Gorgi es una factoría dedicada a la fabricación
de enzimas, hormonas y otras sustancias primordiales para
el buen funcionamiento de la célula. Las vitaminas y micronutrientes
aportan la energía que necesitan las células.
¿Es suficiente mantener una alimentación sana y equilibrada
para conseguir el óptimo funcionamiento de nuestras células
y así evitar contraer enfermedades? Según el biólogo molecular
e investigador médico Linus Pauling, doble premio nobel
(química en 1954 y de la paz en 1962) y gran defensor
del uso suplementario de la vitamina C, la respuesta es
no.
Actualmente
los alimentos que consumimos tienen un déficit de micronutrientes,
esto se debe a múltiples causas:
Tierras
de cultivo empobrecidas: El abandono del barbecho o el
cultivo por hojas, junto a la explotación intensiva de
los campos de cultivo producen un empobrecimiento gradual
de los suelos. Esta insuficiencia de nutrientes se traslada
a los alimentos, que carecen de los sustratos necesarios
para desarrollarse de forma óptima.
Formas inadecuadas de cocinarlos: La cocción excesiva,
los fritos, el calor en general reduce una media del 56%
los nutrientes de los alimentos.
Transporte y conservación de alimentos inadecuado: Algo
parecido ocurre con el transporte de los alimentos y su
maduración en cámaras frigoríficas, al congelarlos perdemos
hasta un 83% de sus nutrientes, y al conservarlos embotados
o enlatados haste el 94%.
A
esto debemos añadir otras causas coadyuvantes de este
déficit, como pueden ser el consumo de tabaco (Los benzopirenos
del tabaco, que liberan numerosos radicales libres, se
combaten con vitamina C, 1 cigarrillo consume 20 mg de
ácido ascórbico al día), la ansiedad y el estrés, que
debilitan nuestro sistema inmune y consumen grandes cantidades
de vitamina C, o el alcohol y los fármacos, que tienen
un efecto similar. La suma de todos estos factores aconseja,
según Pauling, implementar nuestra dieta con suplementos
vitamínicos para preservar la homeostasis orgánica, o
lo que es lo mismo, un estado óptimo de salud.
Necesitamos
alrededor de 59 micronutrientes esenciales. Además de
las vitaminas nuestras células se alimentan de minerales,
oligoelementos, enzimas, ácidos grasos esenciales (como
los omegas) y fitoelementos, sustancias todas que entran
en sinergia con los macronutrientes para convertirse en
lo que algunos han llamado las moléculas de la vida.
En
el próximo artículo explicaremos la función que cumplen
los principales micronutrientes, hasta entonces algunos
datos:
Hasta
un 60% de la población sufre carencias nutricionales.
Los fármacos producen todos los años, sólo por efectos
secundarios, 10000 muertes. Para poder asimilar el azúcar
refinado el organismo emplea cantidades considerables
sales minerales, sin obtener de este azúcar aporte alguno,
esto mismo ocurre con todos los productos que usan el
azúcar refinado: bollería, bebidas azucaradas, margarinas,
helados, chocolate… Es muy importante tener el intestino
limpio para absorber mejor los nutrientes. Para corregir
el estreñimiento y que el colon funcione de modo eficiente
(la toxicidad acumulada en las pareces del intestino grueso
cuando no deponemos bien puede causar la modificación
del núcleo de las células de esta zona y desencadenar
un cáncer de colon) es necesario consumir mucha fibra
(salvado, semillas de lino, frutas y verduras crudas,
etc…)
12.-
Rosa mosqueta, un aliado para la piel
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La
rosa mosqueta (Rosa eglanteria, sinónimo Rosa rubiginosa)
es un arbusto silvestre, espinoso, de fruto color bermellón,
que pertenece a la familia de las rosáceas. Se trata de
una planta nativa de Europa Central (Polonia, Hungría,
Balcanes, el Cáucaso, Rusia), aunque también se encuentra
en estado silvestre en las estribaciones de la región
sur de la Cordillera de los Andes, tanto en Chile como
en Argentina.
El aceite de rosa mosqueta se extrae de las semillas de
la planta. Sus excelentes cualidades regenerativas se
deben principalmente a su altísimo contenido en Ácidos
Grasos Esenciales (AGE) insaturados, que es del 80%, de
los cuales el 41% es ácido linoleico, el 39% ácido linolénico
, y 16% ácido oleico. Los AGE son nutrientes esenciales
en multitud de procesos fisiológicos y bioquímicos del
cuerpo humano, y como hemos dicho están relacionados con
la regeneración de los tejidos y el crecimiento celular.
Tienen además una función estructural, formando parte
de los fosfolípidos (grasas que contienen fósforo y principales
componentes de las membranas de las células), y son los
precursores de las prostaglandinas (sustancias parecidas
en su estructura a las hormonas que regulan la actividad
de las células diariamente y los procesos inflamatorios
y forman parte de multitud de procesos biológicos.
Diversos estudios realizados en laboratorios de Alemania,
Argentina, Chile y Estados Unidos sobre esta planta indican
que el aceite de la rosa mosqueta, debido al contenido
en ácidos grasos esenciales poliinsaturados es altamente
beneficiosa en la regeneración de la piel. El aceite se
emplea en cosméticos, debido a que:
1.-
regenera y nutre la piel eliminando arrugas no muy profundas
y reduce cicatrices de cualquier etiología;
2.- redistribuye la pigmentación, lo que posibilita la
eliminación de manchas;
3.- realiza acciones preventivas y correctivas del fotoenvejecimiento
y de los problemas cutáneos debidos a sobre exposición
a las radiaciones solares, mediante la autogeneración
de melanina;
4.- además de sus efectos en las capas externas de la
piel, también revitaliza las células de las capas interiores,
revigorizando el fibroblasto, (células que producen colágeno
y elastina, responsables de la firmeza y elasticidad de
la piel).
5.- Los ácidos grasos insaturados intervienen en la regeneración
celular de las membranas, regenerando los tejidos y procurando
a las pieles envejecidas y secas una rápida regeneración
cutánea y cicatrización de los tejidos dañados, así como
una profunda nutrición e hidratación.
Además
del valor cosmético del aceite de rosa mosquete es importante
señalar su valor terapéutico, pues gracias a su poder
regenerativo, humectante y cicatrizante, así como su efecto
estimulante del flujo sanguíneo de los tejidos, resulta
de gran utilidad en el tratamiento de: ezcemas, psoriasis,
quemaduras, cicatrices, estrías o verrugas, entre otras
afecciones de la piel.
Por
último, señalar el valor nutricional de la rosa mosqueta,
pues su análisis confirma la presencia de vitaminas (en
especial la vitamina C), carótenos y tocoferoles, de ahí
que, por sus propiedades antioxidantes, sus frutos se
aprovechen para la confección de dulces, jaleas, infusiones,
mermeladas, té (muy diurético y depurativo).
13.-
Tratamiento de las hemorroides con aloe vera
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Las
hemorroides se producen por la dilatación de las venas
en el recto y el ano, dando lugar a erupciones varicosas,
mejor conocidas como hemorroides. Más de un 25% de la
población las sufre en un momento dado. El estreñimiento
crónico, la costumbre de forzar al evacuar las deposiciones,
el embarazo, una mala alimentación, la vida sedentaria,
e incluso por estancias prolongadas en la taza del retrete
son factores que desencadenan la formación de hemorroides.
A
menudo las hemorroides provocan primero pruritos y secreciones
diversas, si añadimos a esto una alimentación inadecuada,
pobre en fibras y rica en grasas saturadas, las deposiciones
serán más duras e irritarán gravemente las hemorroides,
hasta el punto de llegar provocar hemorragias.
En
los casos más benignos se pueden atenuar los dolores con
fibras u otros alimentos que favorecen la formación de
deposiciones blandas. En los casos más graves, el dolor
se prolonga y puede impedir caminar. Los supositorios
pueden servir, pero a veces es necesaria una operación.
Tanto
en los casos benignos como en los graves, el aloe vera
es un excelente aliado contra las hemorroides. De hecho
ya en el siglo I. d. C. Dioscórides ya mencionaba esta
aplicación del aloe en su célebre De materia Medica. En
la India, los médicos ayurvédicos han prescrito tradicionalmente
el aloe para atajar las hemorroides.
El aloe es un método eficaz para aliviar y curar las hemorroides,
sobre todo si los métodos clásicos parecen inoperantes.
¿Cómo
emplear el aloe vera para tratar las hemorroides?
1)
Extiende generosamente un gel de aloe en el recto (debe
tener una alta riqueza para obtener resultados). Si el
alivio tarda en llegar hay que repetir la operación, y
hacerlo cada día durante al menos una semana. La constancia
es fundamental.
2) Si las hemorroides son internas puedes fabricarte un
supositorio de aloe vertiendo gel en papel de aluminio
a modo de molde de supositorio. Luego colócalos en el
congelador para que se endurezcan y aplícalos como un
supositorio normal. Notarás además un efecto refrescante
que calmará rápidamente los dolores. Puedes utilizar también
trocitos de la planta fresca, bien limpia y pelada y libre
de corteza y savia.
3) Puedes combinar los dos métodos anteriores con baños
de sasiento añadiendo al agua jugo de aloe vera puro.
4) Es importante, además, beber con regularidad jugo de
aloe puro, eso regularizará el funcionamiento intestinal
y prevendrá las hemorroides.
14.-
Nutrición celular, la mejor prevención contra
el cáncer
Ir arriba
Está
demostrado que incurrimos una media de 15 veces al día
en conductas que pueden alterar el ADN del núcleo de nuestras
células (desde fumar un cigarrillo, hasta comer una carne
quemada o aspirar la contaminación ambiental) y con ello
iniciar un proceso cancerígeno. Afortunadamente nuestro
organismo es sabio y la inmensa mayoría de las veces neutraliza
estos peligros sin demasiados problemas. Pero para que
eso ocurra nuestra sistema inmune debe funcionar a la
perfección, y así lo hará, porque está diseñado para ello…,
siempre que lo alimentemos debidamente.
A
partir de cierta edad todos tenemos en algún momento células
cancerígenas en nuestro organismo, y como hemos dicho,
por lo general nuestras defensas las neutralizan, pero
no siempre es así. En ocasiones un cáncer prospera, la
gran mayoría de las veces esto se debe a que nuestro sistema
inmune está debilitado y no consigue neutralizar la producción
y expansión de células cancerígenas. Cuando alguno de
los muchos factores que pueden alterar el núcleo de nuestras
células, y por lo tanto producir una mutación en el ADN,
prospera sin que nuestras defensas puedan neutralizarlo,
el proceso cancerígeno se ha iniciado, es lo que llamamos
la oncogénesis.
¿Qué
factores pueden producir un cáncer?
1.-
En primer lugar hay que señalar los factores genéticos,
los antecedentes familiares favorecen la aparición de
oncogenes, que pueden desencadenar en un tumor. Esto no
significa que una persona con antecedentes familiares
tenga que desarrollar necesariamente la enfermedad, de
hecho, los consejos nutricionales y de buenos hábitos
que daremos más adelante funcionan como un excelente preventivo,
lo cual no obsta para que en estos casos deban incrementarse
los controles médicos y las revisiones.
2.- En segundo lugar los factores ambientales, una atmósfera
polucionada o con agentes cancerígenos en el aire (humos
de motores o industrias, amianto en edificios, vertidos
incontrolados…) también puede favorecer la formación de
un cáncer.
3.- Una mala nutrición. A mi juicio es el factor crucial
para evitar o favorecer un cáncer. A menudo solemos confundir
alimentación con nutrición, de hecho es muy común estar
sobrealimentado y sin embargo mal nutrido. Sólo tenemos
hambre de macronutrientes (hidratos de carbono, grasas
y proteínas), los micronutrientes (vitaminas, minerales,
oligoelementos…) no nos producen apetito, por eso es difícil
detectar una carencia de estos compuestos esenciales para
lograr la homeostasis o estado óptimo de salud.
¿Cómo
se produce y cómo se expande?
Una
célula sana puede convertirse en cancerígenas debido a
una mutación en el ADN de su núcleo. Algunas células,
por así decirlo, pretenden ser inmortales, en lugar de
morir y ser sustituidas por una célula nueva, se niegan
a ello y envejecen, perdiendo su función productora de
vida y energía, lo que, cuando son muchos millones, afecta
a nuestro organismo y, si no se detiene, puede producir
un colapso orgánico irrecuperable.
El peligro no es tanto la formación de células cancerígenas,
que como ya hemos visto es un fenómeno que sucede en multitud
de ocasiones a lo largo de nuestra vida, como la extensión
de las mismas hasta órganos vitales por medio de la metástasis.
Esto ocurre cuando el tejido conjuntivo que rodea la célula
cancerígena es erosionado por la colagenasa, una enzima
que destruye este tejido protector y permite a la célula
rebelde escapar de su ubicación y propagarse a través
del torrente sanguíneo para colonizar otros órganos. Nuestro
organismo puede combatir este proceso, para ello cuenta
con formidables aliados, entre los que cabría destacar
dos: la Vitamina C (la reina de las vitaminas) y la Lisina
(un aminoácido esencial). Ninguno de estos dos principios
son sintetizados por nuestros organismo, así que deben
ser ingeridos a través de la dieta, y si es necesario,
a través de suplementos. Por un lado la Vitamina C, que
cumple una enorme cantidad de funciones esenciales para
la vida, tiene propiedades anticancerígenas; ensayos clínicos
en ratones demuestran que reduce a la mitad el crecimiento
de los tumores e incluso llega a detener la metástasis
en algunos casos; por otro la lisina posee la cualidad
de neutralizar las colagenasas, impidiendo que destruyan
el tejido conjuntivo y evitando así la extensión del tumor.
La combinación de ambos compuestos actúa sinérgicamente
para evitar la propagación de las células mutadas.
¿Cómo
evitar que se desencadene un proceso cancerígeno en nuestro
organismo?
Con
hábitos saludables. Hay una doble vertiente en la nutrición
celular que habría que potenciar para conseguir que sea
preventiva; por un lado debemos aportar a nuestro organismo
todos los nutrientes (macros y micros) necesarios para
mantener nuestro sistema inmunológico en perfectas condiciones,
y por otro debemos evitar todos aquellos alimentos insanos
de los que se nutren las células cancerígenas, es decir,
hay que dejarlas morir de hambre. Para ello debemos adquirir
hábitos saludables y evitar en lo posible ingerir algunos
productos como:
-
Azúcar: usar mejor miel, melaza o jarabe de arce para
endulzar, evitar también los alimentos que contengan aspartamo,
muy tóxico según algunos estudios.
En
el otro extremo, a la hora de salar los alimentos, mejor
usar sal marina, pues la de mesa es previamente tratada
con agentes químicos.
-
Leche de vaca: consumir mejor leche de soja, arroz, avena…,
la leche de vaca produce un exceso de mucosa en el intestino
que favorece el crecimiento de los tumores.
- Carnes rojas: las carnes rojas son productos muy ácidos
y también favorecen que los tumores prosperen, si a esto
añadimos que quemadas y a la brasa suelen incrementarse
notablemente sus agentes potencialmente cancerígenos,
hay que evitarlas y sustituirlas por pescados o carnes
blancas, preferiblemente pavo o pollo, y estos productos
a su vez cocinarlos con calor indirecto que evite la formación
de costra, como pueda ser al vapor, hervidos, en papillote…
Resumiendo,
hay que elaborar nuestra dieta a partir de frutas y hortalizas
frescas, semillas, zumos…, son productos que alcalinizan
nuestro organismo, fortalecen nuestro sistema inmunológico
y previenen la formación de tumores. Hay que intentar
tomar al menos 5 piezas al día de frutas y hortalizas
crudas…, preferir la proteína vegetal a la animal (combinando
cereales y legumbres obtenemos una proteína de mayor calidad
que la de la carne), beber al menos 2 litros de agua al
día, cocinar los alimentos con calor indirecto y lo menos
posible ya el calor destruye la mayoría de las vitaminas
de frutas y vegetales y desnaturaliza las propiedades
saludables de aceites vegetales cuando los utilizamos
para fritos.
La
correcta nutrición debe completarse eliminando hábitos
nocivos, como son el fumar o el abuso de alcohol o drogas…,
e introduciendo hábitos saludables, como es el deporte.
El mayor enemigo del cáncer es el oxígeno, haciendo deporte
oxigenamos nuestro organismo más que con ninguna otra
actividad.
En
cualquier caso el cáncer como muchas otras enfermedades,
tiene cura, por supuesto es mejor prevenir, pero si esto
ya no es posible, una actitud positiva nos ayudará a superarlo…
15.-
Vitamina C, la reina de las vitaminas
Ir arriba
¿Qué
es la Vitamina C?
En
1937 Gyorgy Szent obtuvo el novel por sus investigaciones
sobre la Vitamina C. Desde entonces, hasta nuestros días,
la ciencia ha descubierto que este micronutriente, sin
duda el más importante de todos, desempeña multitud de
funciones imprescindibles para el correcto funcionamiento
de nuestro organismo.
Como
veremos más adelante, la Vitamina C es vital en la prevención
de enfermedades y necesaria para obtener la homeostasis,
el estado óptimo de salud. Y para demostrar esta afirmación
un pequeño ejemplo: Hace siglos, en las grandes travesías
oceánicas, muchas personas morían desangradas antes de
llegar a su destino, entonces no sabían que esto era debido
a la falta de Vitamina C, cuya carencia, entre otras cosas,
impide la formación del colágeno, una proteína que protege,
fortalece y da elasticidad tanto la piel como las arterias,
venas y capilares, sin ellos estos se rompen y la persona
muere desangrada. También observaron que los hombres morían
mientras los gatos que les acompañaban en los barcos permanecían
indemnes. Siglos después se descubrió la causa de este
curioso fenómeno, y no es otra que a diferencia del gato
o el perro, que pueden sintetizar la Vitamina C, el ser
humano no puede, con lo debe obtenerla a través de la
alimentación.
¿Para
qué sirve la Vitamina C?
La
Vitamina C se requiere para el crecimiento y reparación
de tejidos en todas las partes del cuerpo.
1.-
Es necesaria para formar el colágeno, una proteína, como
ya hemos dicho, para formar la piel, el tejido cicatricial,
los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos.
2.- La Vitamina C es esencial para la cicatrización de
heridas y para la reparación y mantenimiento de cartílago,
huesos y dientes. 3.- Es un potente antioxidante, como
la Vitamina E y el betacaroteno. Actuando en la neutralización
de radicales libres y la prevención de tumores.
3.- La deficiencia de Vitamina C puede llevar al resecamiento
y deterioro el cabello, haciéndolo frágil y quebradizo.
4.- Cuando carecemos de la Vitamina C necesaria pueden
desencadenarse un sinfín de problemas: gingivitis (inflamación
de las encías) y encías sangrantes, piel áspera, reseca
y descamativa, disminución de la tasa de cicatrización
de heridas, tendencia a la formación de hematomas, sangrados
nasales, debilitamiento del esmalte de los dientes, dolor
e inflamación de las articulaciones, anemia, disminución
de la capacidad para detener infecciones y posiblemente
aumento de peso debido a la baja tasa metabólica y bajo
gasto de energía… Una forma grave de deficiencia de Vitamina
C se conoce como escorbuto, que afecta principalmente
a adultos de edad y desnutridos.
¿Qué
dosis diaria es la recomendada, y en que alimentos se
encuentra la Vitamina C?
Como
hemos dicho, el organismo no fabrica la vitamina C por
sí solo, ni tampoco la almacena, por lo tanto es importante
incluir muchos alimentos que contengan vitamina C en la
dieta diaria. La vitamina C es hidrosoluble y es regularmente
excretada por el cuerpo, por ello la toxicidad es muy
poco común. Sin embargo, salvo casos especiales (deporte
extremo, profesiones duras, personas con cáncer, grandes
fumadores…) es suficiente con tomar 2 gramos al día, dado
que en dosis muy altas puede llegar a producir malestar
estomacal y diarrea.
Todas
las frutas y verduras contienen alguna cantidad de vitamina
C. Los alimentos que tienden a ser las mayores fuentes
de vitamina C son, entre otros: el pimiento verde, las
frutas y jugos de cítricos, las fresas, los tomates, el
brócoli, los nabos y otras verduras de hoja verde, la
papaya, el mango, el melón, la col de Bruselas, la coliflor,
el repollo, los pimientos rojos, la frambuesa, el perejil,
el aloe vera, la piña y los arándanos.
16.-
Coenzima Q-10 ¿Qué es? y ¿Para qué
sirve?
Ir arriba
¿Qué
es una coenzima?
El
término bioquímico la define la coenzima un como componente
orgánico no proteínico de una enzima, que interviene en
la reacción catalizada por esta. En realidad, dicho de
forma más sencilla, es una molécula que, atendiendo a
la función, sería similar a una vitamina cuya utilidad
es la de mejorar el funcionamiento cotidiano de nuestro
organismo.
Al
igual que la Vitamina C y algunos aminoácidos, somos incapaces
de sintetizar la coenzima Q10, por lo que debemos obtenerla
mediante la alimentación.
¿Para
qué sirve la coenzima Q10?
Su
función principal es la producción eficiente de energía
en la célula, de hecho es un componente vital para que
el proceso de conversión de los alimentos en energía sea
eficaz.
Participa
en el fortalecimiento del sistema inmune, esta propiedad
permite a nuestro organismo obtener la homeostasis, o
estado óptimo de salud, evitando en consecuencia que puedan
prosperar las enfermedades.
Actúa como antioxidante, favoreciendo la oxigenación del
organismo y combatiendo los radicales libres, tan nocivos
para la salud.
Mejora
las dolencias de corazón, ya que interviene en la formación
del tejido cardiaco.
Desde que se identificó por primera vez, en 1957, se han
descubierto multitud de propiedades y aplicaciones de
la coenzima Q-10. Recientemente se han demostrado que
puede ayudarnos a controlar el peso y que aporta grandes
beneficios para la piel. Esto es debido a su acción antioxidante,
equiparable a la de la Vitamina E, ya que captura los
radicales libres y ralentiza el envejecimiento de nuestras
células, de ahí que, aprovechando esa cualidad, se haya
extendido su uso en la cosmética como un componente adicional
en los productos de belleza.
17.-
La dieta ideal: come sano sin dejar de comer bien...,
y sin ganar peso
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CUESTIONES
A CONSIDERAR
Hoy
día es muy común encontrar casos de personas que están
sobrealimetadas, y sin embargo desnutridas. Una dieta
desequilibrada puede arruinar nuestra salud, causarnos
multitud de enfermedades, deprimir nuestro sistema inmune
y hacer que nuestro organismo funcione muy por debajo
de sus posibilidades energéticas y de de vitalidad.
Cierto es que muchas veces la vida apresurada y los horarios
nos empujan a una dieta desordenada muy rica en macronutrientes
(proteínas, carbohidratos y grasas) y muy pobre en micronutrientes
(vitaminas, minerales, oligoelementos…), esta descompensación
es la que provoca que muchas personas con sobrepeso estén
sin embargo mal nutridas.
Hay que pensar que muchos de los productos que consumimos
los obtenemos ya en origen con muchas carencias o desnaturalizados.
La sobreexplotación de los suelos empobrece enormemente
los nutrientes de los productos que se cultivan en ellos,
los pesticidas con que se tratan la mayoría de las cosechas
intensivas, la conservación en cámaras frigoríficas, los
transportes largos, el cortado, pelado, envasado, congelado
y el resto de procesos de conservación de alimentos también
merman sus características originales. A esto hay que
añadir la forma incorrecta en la que la mayoría de las
personas cocinamos los alimentos, buscando, por encima
de todo, el sabor.
Sin embargo se puede cocinar de una forma sana y sabrosa,
no hay por qué renunciar al sabor, sólo hace falta un
poco de ingenio. ideal es cocinar al horno, vapor o papillote,
porque con el calor indirecto la proteína no se desnaturaliza.
Para aliñar hierbas al gusto, ajo en polvo, aceite de
oliva y limón o vinagre de manzana. La proteína animal
es muy completa, pero se puede superar sumando legumbres
con cereales, por ejemplo arroz con lentejas, judías,
garbanzos, soja, etc… Para obtener la vitamina B12, presente
en la carne, también se pueden comer algas, soja fermentada
(miso) o levadura de cerveza. No obstante el organismo
sintetiza esta vitamina, cuyo aporte diario necesario
es ínfimo.
LA
DIETA IDEAL:
DESAYUNO:
-1
pieza de fruta de temporada
-1 producto lácteo, preferiblemente 1 yogur natural desnatado
-1 tazón de cereales integrales con leche de soja, arroz,
avena, o si no es posible de vaca desnatada, o si se prefiere
1 ó 2 rebanada sde pan integral con un poco de jarabe
de arce o miel.
-Si
después del desayuno se va hacer algún deporte o actividad
física que requiera un consumo energético importante,
se pueden añadir a lo ya dicho algunos frutos (nueces,
avellanas, almendras, anacardos…) y/o frutas secas (uvas
pasas, oregones, dátiles…) y un poco de queso fresco.
ALMUERZO:
-Ensalada
cruda (escarola, canónigos, lechuga, rúcula, etc…) con
tomate y cebolla, si estamos controlando el peso se puede
aliñar con ajo, finas hierbas, aceite de oliva (30 ml
al día como máximo, lo que equivale a 3 cucharadas soperas)
y limón (o vinagre de manzana).
-Pechuga
de pavo o pollo a la plancha (se puede aderezar con ajo,
perejil y limón, por ejemplo) y pan integral. Se puede
cambiar la carne por pescado, siempre a la plancha y con
fuego moderado, evitando quemarlo. Si se elige la opción
del pescado se puede hacer al vapor con un dedo de agua
en la sartén y con una tapadera.
CENA:
-Si
no queremos complicarlos se puede hacer algo parecido
al desayuno, pero con menor cantidad. Habría que incluir
lo que no se tomó en la comida, es decir, si comimos carne
en el almuerzo, para la cena deberíamos incluir pescado.
-Hay
opciones interesantes, como las de soja, o el tofu, o
si queremos perder peso una pieza de fruta o un batido
energético.
Y
para acabar, algunos consejos generales:
-Como
bebida durante las comidas evitar los refrescos (son muy
calóricos, sólo contienen azúcares y calorías vacías),
lo mejor es el agua o una copa de vino.
-Hay que intentar dormir de 7 a 9 h. Si es necesario,
complementar la alimentación con alguna infusión relajante
que nos ayude a conciliar el sueño.
-Hay que hacer ejercicio todos los días, aunque sea caminar
media hora.
-Evitar en lo posible los dulces y bebidas azucaradas.
Para endulzar, si usamos azúcar, mejor integral de caña
(morena), o bien sirope de arce o miel.
-Tomar al menos 5 raciones de fruta y verdura al día y
beber 2 litros de agua.
-Evitar el café (mejor infusiones como el té verde, roibbos,
etc…), tabaco, alcohol y drogas.
18.-
Ácido y Alcalino: tratamiento holístico
de las enfermedades según el Dr. Alberto Bosch
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El
fundamento de la teoría médica que vamos a ver es una
integración del planteamiento de si el tumor es ácido
o alcalino. Ambas cosas son ciertas, en el interior es
alcalino, pero en el exterior es ácido. Acidosis metabólica
y alcalosis tumoral. A continuación se verá porqué.
Para provocar la apoptosis tumoral (muerte celular programada)
hay que entender como se genera este fenómeno: la medicina
científica aplica ante un cáncer métodos invasivos (cirugía,
radioterapia y quimioterapia) como única solución. Especialmente
la quimioterapia es un tratamiento muy duro para el paciente,
con muchos efectos secundarios indeseados, (vómitos, pérdida
de pelo, incluso pérdida de dientes, descalcificación,
dolores…) Pero para mitigar esta situación primero habría
que entender bien el origen del problema.
Algo hace que las células se alteren y se vuelvan contra
nosotros (la fitoterapia y nutrición ortomolecular responden
a esto, como veremos más adelante), el caso es que no
es la célula, sino el entorno lo que hace que la célula
enferme..., por fallo renal, hepático, pulmonar y multisistémico…
Todo se basa en el sistema de Pischinger, que es el que
abre la puerta a entender no sólo el cáncer, sino como
se producen todas las enfermedades.
El pulmón, el hígado y el riñón son los filtros que utiliza
nuestro organismo desde que nacemos hasta que morimos
para desintoxicarnos. Por cada uno de estos filtros pasan
5 litros de sangre por minuto. Estos filtros, con el uso,
se van ensuciando, por lo que es necesario limpiarlos
si queremos que cumplan correctamente su función. Estos
órganos filtran los residuos del sistema celular, al que
envían oxígeno, grasas, nutrientes, etc… de forma incesante,
para que la célula se nutra, respire y viva. Pero cada
vez que se oxigena y se nutre la célula produce un residuo
metabólico. Cuando se le envía grasa, por ejemplo, la
usa, se degrada, y cuando esto ocurre, la arroja fuera
de sí, esto es el colesterol. Sería como el aceite quemado
que queda en la sartén después de una fritura, se ha saturado,
ya no es saludable, y lo desechamos, en la célula es igual.
Si le enviamos proteínas, después de aprovecharlas para
obtener energía, nos devuelve ácido úrico. Estos residuos
excretados de la célula van al sistema venoso, de ahí
a pulmón, hígado y riñón para que lo desechen. La naturaleza
de estos desechos es ácida: ácido úrico, ácido carbónico
y ácidos grasos. Mientras el cuerpo sea capaz de hacer
esto no hay problema pero hay que tener en cuenta que
nuestros filtros orgánicos procesan 7200 litros de sangre
al día, es el equivalente a un camión de 7 toneladas diario.
Los problemas vienen cuando los filtros se obstruyen,
ya no trabajan al 100% y empezamos a retener colesterol,
ácido úrico y toxinas que se van acumulando en nuestro
organismo. Eso puede variar el Ph del cuerpo, y generar
una acidosis metabólica en sangre que puede llevar en
casos extremos incluso a la muerte, como todos hemos visto
que en ocasiones ocurre a algunos deportistas de élite
que caen fulminados en el campo cuando se dan estas circunstancias.
Ocurre porque el sistema se colapsa, se acumulan radicales
libres y resididos tóxicos en el espacio intersticial,
es decir, entre el capilar y la célula, los propios detritos
ácidos de la célula la ahogan (ácidos grasos, ácido úrico,
ácido carbónico, ácido oxálico, etc…) Esta acumulación
de ácidos alrededor de la célula impiden que se nutra.
La célula sana vive flotando en una piscina de agua cristalina
y transparente (no podemos olvidar que somos agua en un
70%), pero si el drenaje falla parte de los residuos se
atascan en los filtros y parte se empezará a acumular
en el espacio intersticial. Es el entorno celular, como
decíamos al principio, el que va a degradar la célula
cuando se acumulan estos detritus, haciendo que entre
en precario.
Esos ácidos que rodean la célula son corrosivos, cuando
tienen que ser atravesados por el oxígeno o los nutrientes
para alimentar la célula, se deterioran al contacto con
el ácido, con lo que la célula se acaba quedando sin oxígeno
ni comida, y atacada químicamente por sus propios ácidos
que no han sido desechados correctamente. Por eso funcionan
las tinciones para detectar células tumorales, porque
el color se fija en células enfermas, ya que los ácidos
tiñen, mientras que el agua que rodea la célula, cuando
está sana, no.
En este caso, la célula, sin oxígeno ni nutrientes, sólo
tienes dos opciones: morir, o intentar sobrevivir. Si
no reacciona, la célula, atacada químicamente por los
radicales libres que la rodean, muere. Sin embargo, puede
reaccionar, ya que es un ser vivo (si no estuviera viva
no podría morir) que intentará defenderse.
Un ejemplo gráfico para entender mejor el funcionamiento
de nuestro organismo: las células son los ciudadanos del
cuerpo, los órganos los edificios donde viven los ciudadanos,
arterias y venas, calle y avenidas, por donde van los
alimentos y recogemos las basuras, los nervios son el
tendido eléctrico, las líneas de teléfono, el sistema
nervioso central el ayuntamiento.
Por eso, si mueren las células del cerebro el resultado
es alzheimer, si se mueren las de la base del cerebro,
parkinson…, en el cuerpo los nervios conducen los impulsos
eléctricos, están forrados de una vaina de mielina, si
el ácido corroe esta vaina protectora, el resultado es
esclerosis múltiple, ELA, y otras enfermedades degenerativos
del sistema nervioso.
Un tejido con células muertas es un tejido fibroso, fribroma
mamario, fibroma uterino, fibrosis prostática, pulmonar,
renal, hepática… Nos preocupan poco estas enfermedades
porque son células muertas, que no matan, pero indican
un proceso de degeneración celular. Se suele decir que
son de causa idiopática porque no se asocian a virus o
bacteria alguna que las provoquen. Son las llamadas enfermedades
esclerosantes, para las que solemos pensar que no hay
tratamiento, no hay un fármaco que ataque el virus o la
bacteria, puesto que estas no existen.
Pero también puede ocurrir que la decida no morirse y
luchar… Para esto la célula puede hacer cuatro cosas:
1.- retiene agua, fabrica una pequeña piscina que mantiene
un canal de comunicación a través de los ácidos. Las células
funcionan por mimetismo, se copian unas a otras, así que
si una se hace un globo de agua, y eso le funciona, la
de al lado la copiará… De esa forma todas las células
se copian y la persona empieza a hincharse por la retención
de líquidos y no consigue adelgazar aunque haga dietas.
Por eso hay personas que aumentan de peso aunque sólo
tomen agua, porque es precisamente el agua lo que acumulan
y no desechan. Aunque el agua tenga cero calorías pesa,
por eso seguirá cogiendo peso.
2.- la segunda estrategia de defensa ante la acidosis
metabólica es tamponar, es decir, convertir un ácido en
una sal, para lo que, si un órgano vital entra en compromiso,
el organismo sacrifica una estructura para mantener viva
otra más importante, es decir, empieza a extraer minerales
de los huesos, que por reacción química con los ácidos
que rodean la célula los neutralizan. Si, pero a cambio
de descalcificar los huesos y producir osteoporosis, artritis,
artrosis, además de calcificaciones en los tejidos blandos.
Con todo esto el cuerpo nos está avisando.
3.- la tercera estrategia es el drenaje, es decir, eliminamos
a través de la piel las tóxinas ácidas que atacan las
células. Este sudor tan ácido es un ataque químico a la
piel que produce dermatitis, psoriasis y otras enfermedades
de la epidérmicas, que vienen de dentro y se curan desde
dentro, no desde fuera (por eso las pomadas alivian, pero
no curan). Si en lugar de drenar hacia la piel la célula
drena hacia las mucosas lo que se producen son llamas,
aftas bucales, úlceras estomacales, colitis ulcerosa,
etc…
4.- La última opción es mutar, es decir, el cáncer: célula
sana muta a célula tumoral. La célula sana vive en un
medio alcalino, con oxígeno, poco sodio y con proteínas
levógiras (giradas a la izquierda). La célula tumoral
se adapta a vivir en un medio ácido, obtiene la energía
no del oxígeno, sino de la ausencia de este, en un medio
anaeróbico lo que le permite sobrevivir, ya que se alcaliniza
en su interior (en su citoplasma) para poder contrarrestar
el ataque ácido externo, eso explica porqué las células
tumorales son alcalinas en su núcleo. Se carga de sodio,
las proteínas giran a la derecha y todo se invierte. Esta
solución la copian también las células vecinas y con el
tiempo sobreviene la metástasis.
Ante esto, la medicina propone la cirugía, extirpar el
tumor, siempre que se pueda y no haya metastizado. Otra
opción es la radioterapia, achicharrar el tumor. La tercera
opción es el envenenamiento o quimioterapia. Es decir,
la soluciones son medievales: decapitación, hoguera y
envenenamiento. Sin embargo nos queda una cuarta vía:
el asedio, privar a la célula tumoral de su medio de vida.
Eso sería la apoptosis, la muerte de la célula tumoral.
Para ello habría que alcalinizar al paciente con dieta
hiposódica, ya que la célula tumoral necesita mucho sodio,
utilizar enzimas proteolíticos de acción selectiva, es
decir, enzimas que eliminan las proteinas dextrogiras
(que giran a la derecha) de las que vive la célula tumoral,
hiperoxigenar el sistema (ozonoterapia), el oxígeno es
tóxico para las células tumorales.
Alcalinizamos también al paciente recuperando la función
del hígado, pulmón y riñón, y eliminando las toxinas acumuladas
en el espacio intersticial. Para ello utilizaremos una
dieta alcalinizante, hidroterapia, tratamiento natural
y tratamiento físico. Son cuatro pilares, un tratamiento
que abarca más frentes es más probable que tenga éxito.
¿Por qué dieta alcalinizante? La dieta cárnica es acidificante
y la vegetariana es alcalinizante. Un filtro sucio no
es un filtro roto, se puede lavar, y lo mejor para lavarlo
es agua, y encima resulta que el 95% de la fruta y la
verdura es agua, por lo tanto con la dieta vegetariana
se lavan los filtros. Ensalada y fruta es lo más sano.
Lo de los viernes no comer carne viene de los curas, si,
que a su vez viene de curar, men sana in corpore sano.
De hecho los curas esto lo sacaron de Galeno, un médico
del siglo II, el primero que dijo: "vale más prevenir
que curar". A lo que habría que añadir otra cita: "Sólo
tiene futuro aquel que investiga en el pasado, porque
solo reinvestigando en el pasado se puede redescubrir
el futuro" (Oppenheimer).
Galeno tenía claros sus tres grandes nos: No sé medicina.
No tengo medicamentos (no existían, los inventó él). Si
no tengo medicinas y no tengo medicamentos no puedo curar.
Galeno conocía la medicina hipocrática, Hipócrates había
dicho "que tus alimentos sean tus medicamentos, que tus
medicamentes sean tus alimentos". Galeno basa su técnica
en la observación, viendo como los animales se curan comiendo
determinados alimentos, cada vez una vaca, por ejemplo,
tenía un bulto en una mama comía determinado tipo de hierba,
la vinca per vinca, una planta que tiene un principio
activo antitumoral. Galeno se da cuenta de esto, cuando
los pacientes se ponían amarillos comían alcachofas, claro,
les fallaba el hígado, y mejoraban, pero el dio un paso
más, había que concentrar y extraer el principio activo
de la planta para hacer comprimidos y extractos, inventa
en definitiva la galénica, el arte de hacer medicamentos…,
hizo así multitud de compuestos que servía para determinadas
dolencias, para limpiar los filtros y activar el drenaje
de los ácidos.
Galeno también se da cuenta de la importancia de los baños
termales. Las aguas termales calientes, salinas, funcionan
como un dializador per cutáneo. Dilata los poros, la sal
genera un gradiente de ósmosis, basta con añadir 2 kilos
de sal marina en una bañera hasta la mitad con agua caliente,
este baño elimina las toxinas ácidas, funciona como un
riñón, pulmón e hígado artificial de alto rendimiento.
De ahí la importancia de hacerlo una vez a la semana y
tomar aguas termales de vez en cuando. Por ejemplo, para
pacientes en diálisis, a la espera de un transplante,
deberían darse un baño caliente con dos kilos de sal a
diario, es una forma de hacer la diálisis, sacando ácido
úrico por los poros usando el principio de ósmosis (un
líquido pasa desde la solución más diluida a la más concentrada,
de ahí que haga falta poner al menos 20 gramos de sal
por litro en la bañera, porque eso supera la concentración
de nuestro organismo y funciona el principio).
Es necesario al menos hacer un día a la semana dieta vegetariana
(sobre todo frutas y verduras, y a ser posible crudas)
y otro darse un baño termal con sal si queremos alcalinizarnos.
Y comer sin sal, o muy poca, porque como hemos dicho,
la célula tumoral necesita mucho sodio para alcalinizar
su citoplama y así contrarrestar el ataque ácido externo.
Otra forma de atacar el tumor, como ya hemos dicho, es
a través de enzimas proteolíticas de acción selectiva
que destruyen sólo proteínas dextrógiras, que son las
que alimentan la célula tumoral. Usar ozonoterapia para
oxigenar los tejidos y acabar con las células cancerígenas,
de vida anaeróbica. También conviene suministrar al paciente
enzimas peroxidadas. Hacer deporte que nos oxigene y tomar
un vaso de agua con bicarbonato sódico al día (potente
alcalinizante). Si llevamos a cabo todas estas acciones,
la célula tumoral pierde su ruta metabólica, mientra la
sana la mantiene, con lo que reducimos el tumor al terminar
con su ecosistema, llevándola a la apoptosis. Un producto
especialmente recomendado es el jugo puro de aloe vera,
por varios motivos, es un excelente potenciador del sistema
inmune, ejerce un efecto depurativo en nuestro filtros
naturales y alcaliniza de forma natural nuestro organismo.
Asimismo mejora la digestión de los alimentos, desintoxica
y neutraliza la acidez estomacal. Por otro lado, la quimioterapia,
que funciona bien en Vitro, no lo hace tanto en el paciente,
porque antes de llegar a la célula tumoral, tiene que
atravesar esa fosa séptica de tóxicos y ácidos que la
rodean, por eso no basta con ponerle al paciente el suero
en sangre, ya que la molécula no llega a la célula con
efectividad, primero hay que limpiar de detritus ese espacio
intersticial para que la quimioterapia pueda ser efectiva,
de otra forma los ácidos la destruyen, se quema por el
camino. Mucha toxicidad y poca efectividad. Si limpiamos
antes el organismo de tóxicos, llegaría toda la quimio
a la célula.
Muchos casos, incluso con metástasis, revierten, (la medicina
lo llama reversión espontánea), y es por el tratamiento
que permite poner al cuerpo en las condiciones de curarse
a sí mismo.
(Basado
en las teorías del Dr Alberto Martí Bosch)
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